Hasta el último aliento

La lozana y candorosa jovencita que ven ustedes aquí arriba se llama Liz Solari. Como su apellido lo indica, es hija del director técnico argentino Eduardo Solari, padre de los futbolistas Santiago, Esteban y David. Y es, también, la noticia de estos días porque se quedó viuda antes siquiera de casarse. Eso sí, su novio puede presumir lo que pocos: colgó los tenis después de refocilarse en las carnes —y qué carnes…— de la pequeña Liz.

La anécdota la cuenta la señorita Solari:

«Volvimos a casa, abrimos un vino, pusimos música, subimos a la habitación del primer piso e hicimos el amor. Inmediatamente cuando terminamos, comenzó a tener convulsiones y cayó al piso. Salí a la calle en busca de ayuda, pero nadie pudo hacer nada. Fue desesperante verlo morir en mis brazos»

¿Qué tanto habrán hecho? ¿Qué maravillas habrá disfrutado el infortunado joven? ¿Qué cosas hará la linda Solari que le chupó… hasta el aliento vital? Nadie sabe, nadie supo. El caso es que los doctores descartan cualquier cosa extraña: el novio en cuestión padecía un enfermedad del corazón llamada cardiomegalia, es decir, lo tenía muy grandote (el corazón, se aclara). Eso, más el esfuerzo, se encargó de mandarlo a mejor vida después de tener, literalmente, un orgasmo de muerte.

5 comentarios en “Hasta el último aliento

  1. Lo de ustedes es lamentable. Son unos jerompas de mala muerte. No les vaya a pasar a uds. morirse por culpa de MANUELA. ¿Nunca vieron una mina que esté buena? Justo se van a fijar en la pobre piba que sufrió semejante impacto para su vida. No tienen respeto por nada ni por nadie. Quién les dijo que espiar la vida privada de las personas es una viveza, por el contrario es una bajeza.

    1. Estimada señorita Jo:

      Concido: el colmo hubiera sido que terminara antes… su vida.

      Y no se preocupe: usted puede pasear por aquí todo el tiempo que guste. El Director no tiene fuero.

      TV.

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